
Tendencias tecnológicas de 2019 que están llegando a las empresas
By Redacción, Post
Si la inteligencia artificial está en nuestros teléfonos (“Oye, Siri”), en los altavoces/asistentes digitales (“Alexa, enciende las luces”) e incluso en las búsquedas (“Hey Cortana, encuentra mi archivo llamado ‘Inteligencia Artificial”), ¿cómo no lo va a estar en tu negocio?
La inteligencia artificial (IA) es cada vez más un componente integral de la estrategia corporativa. Tanto que las empresas que apuesten por la IA aumentarán exponencialmente en los próximos 18 a 24 meses. A ello contribuye el hecho de que se van viendo nuevas formas de utilizar esta tecnología para lograr objetivos estratégicos: puede aumentar la productividad, fortalecer el cumplimiento normativo mediante la automatización y ayudar a obtener el significado real de todo ese conjunto de datos que manejan y que cada vez es más grande.
¿Dónde podremos ver esta inteligencia artificial en las empresas? En buena parte de su arquitectura empresarial. Por ejemplo, en la proliferación de dispositivos móviles, sensores, en la informática sin servidor, en la explosión de volúmenes de datos compartidos y en la automatización. ¿Te suena?
Para todo esto necesitamos de una conectividad avanzada. Aquí es donde vemos cómo la predicción de que el 5G iba a jugar un papel fundamental se está convirtiendo en una pieza clave del negocio. Esta tecnología inalámbrica representa un cambio radical: mayor velocidad, menor latencia y, lo que es más importante, la capacidad de conectar una gran cantidad de sensores y dispositivos inteligentes dentro de una red. Las empresas pueden sacar grandes beneficios y deben prepararse a lo largo de los próximos meses.
Como no hay dos sin tres, no queremos cerrar este post sin mencionar el Edge computing, con el que se acerca aún más todo el potencial del cloud, por ejemplo Azure, a la empresa. Las aplicaciones como la automatización industrial, la realidad virtual y la toma de decisiones autónomas requerirán altas capacidades de computación con una latencia muy baja (tiempo de ida y vuelta desde el dispositivo a la nube y viceversa). En estas situaciones, parte del procesamiento de datos se ejecutara en una ‘mini nube’ que estará lo más cerca posible del dispositivo.